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Ten paciencia, todo está acomodándose.

  • Foto del escritor: Mafe Salgado
    Mafe Salgado
  • 17 ago 2018
  • 3 Min. de lectura

"Ora y se paciente”. Esa frase retumba en mi cabeza y es porque siempre es la respuesta cuando trato de hablar con alguien sobre toodo lo que siento que está mal o que no veo que esté sucediendo en mi vida como yo quisiera. Tengo millones de planes, sueños, metas y miles de cosas más por las que oro, pido, ruego, imploro. Personas que no quiero dejar ir, personas que amo y siento que no puedo vivir sin ellas y simplemente todo se va, nada sucede, todos mis planes se ven estancados y todos los sueños que tengo están quedándose solo en sueños. ¿Cuánto más tengo que esperar? ¿Cuántas oraciones necesito para que me escuches? ¿Si me escuchas o me odias?

Estas preguntas siempre surgen ante la necesidad y la desesperación de no ver un resultado, siempre hay afán en nosotros por recibir una respuesta lo más pronto posible pero lo primero que debemos entender es que no funciona así con Dios. No se trata de vista, de señales, de demostraciones para que creas en su inmenso poder. Con Dios vamos en un proceso, un viaje en el cual llenamos nuestra maleta de valiosas enseñanzas que él nos da y quiere que llevemos siempre en nuestra vida. Suelo ser una persona muy impaciente y que siempre está pensando en el futuro pero con preocupación en vez de emoción, me preocupo por las cosas el doble de lo que debería y empiezo a crear cosas innecesarias en mi mente que no son sanas para mí. Lo que Dios quiere decirnos hoy a ti y a mi es que seamos pacientes, que confiemos en él porque todo está acomodándose según su voluntad. Entiende que en tu vida tienes un propósito, especial y único para cada uno de nosotros y que estás donde debes estar, que Dios te tiene ahí pasando por ciertas situaciones por una razón específica que sólo él sabe y pronto tú también sabrás. Ten paciencia y convéncete de esto todos los días, cree en que todo lo que estás haciendo hoy y por lo que te estás esforzando valdrá la pena en el tiempo perfecto de Dios. Esta situación por la que estás pasando es una de las muchas enseñanzas que tienes para el resto de tu vida, esto puede sonar demasiado cliché, pero al ver las cosas malas de otra manera, desde otro punto de vista podemos entender mucho mejor el proceso y saber qué hacer en cada paso de este.

Es frustrante pensar que estás sufriendo, llorando, que fuiste lastimado/a y que tras de todo Dios no te escucha, te dejó. Pero quiero contarte que es todo lo contrario, hace ya varios meses TODAS mis oraciones eran más lágrimas que palabras, sentía que en verdad ya no me quedaban fuerzas para luchar por todo lo que estaba perdiendo y que aparte, Dios me veía ahí sufrir y ¡No quería hacer nada! Hoy puedo darle gracias porque cada oración fue respondida mejor de lo que yo pedía y esperaba en ese entonces. Abrí mi corazón a él, le entregue el problema, le dije cuanto me dolía, lo mal que me hacía sentir, lo mal que me sentía conmigo misma en ese momento. Cada lágrima la convirtió en una sonrisa, cada momento oscuro por el que pasé (y por los cuales aunque no me creas le agradezco en este momento) ha quedado atrás pero puedo hablar de esto sin rencor en mi corazón porque gracias a él pude perdonar y sanar todo y ver como obraba de manera HERMOSA e INIGUALABLE en mi vida. Gracias a su amor pude dejar todo esto atrás.

Puedo decir que mi vida en este momento es muchísimo más feliz que en ese entonces, pero porque ahorita Dios está conmigo y pelea mis batallas, me ayuda, es mi escudo y mi fuerza, mi motivo para seguir adelante y sé que si en algún momento se vuelve a presentar una situación similar, estoy más preparada que nunca. No quiero decirle a Dios que tengo un problema grande, mejor quiero decirle a mis problemas que tan GRANDE es mi Dios.

1 Comment


Natalia Laserna Romero
Natalia Laserna Romero
Aug 19, 2018

Me encantan tus entradas Mafe 💕 sigue así y que nada te detenga!

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