De la abundancia del corazón habla la boca.
- Mafe Salgado
- 15 oct 2018
- 3 Min. de lectura
Generalmente siempre estamos atentos a lo que pasa a nuestro alrededor pero no por estar alerta si no por saber ¿Quién es ella? ¿Por qué habla de esa manera? ¿Será que nadie le dice que eso que está usando se le ve mal? “A ella no le queda, me vería mejor yo”. Siempre estamos ahí atentos a que alguien cometa un error que podamos resaltar y señalar para sentirnos mejor con nuestros complejos que hemos creado. ¿Por qué te sientes mal usando eso si en tu casa te sentías perfecto/a? Esta pregunta nos la puede estar haciendo nuestro cuerpo al momento de salir a la calle, a un centro comercial, a una cita, etc. ¿Por qué nos llenamos de complejos si nadie está diciéndonos algo malo? ¿Será que sientes que todo el mundo te señala y te juzga por que tú te la pasas en las mismas?
¿De qué te sirve tener una conducta intachable cuando de tu boca solo salen críticas? ¿Por qué mejor no primero miras la paja que hay en tu ojo y luego si la de tu hermano? (Mt7:3) Normalmente señalamos todos los errores que otra persona es capaz de cometer, y lo condenamos y nos sentimos con autoridad para juzgar y criticar cada paso que da, sin saber qué proceso está pasando para evitar cometer este error, y tú, solo estas ahí sentado esperando a que vuelva a equivocarse. ¿Estás mirando tus errores? ¿Estás arreglando tus errores en un proceso? O simplemente sientes que todo lo que haces está bien y por eso tienes la autoridad de juzgar. No deberíamos llevar una vida doble en la que finjamos ver a los demás con amor y sin prejuicios pero en nuestra mente tengamos miles de pensamientos contrarios a esto. La crítica aparte de contaminar todos los aspectos de tu vida, también contamina a las personas que te rodean, reflejas ser centro de negatividad, de envidia y de egoísmo. Nadie quiere ser centro de nada de esto, pero fíjate bien en lo que le quieres aportar a los demás, en tu función con tu círculo social, ¿será solo juzgar y burlar a los demás? Puedes hacer mucho más que eso y primero debes trabajar en ti, de la mano de Dios, trabajando en amarte y en amar cada área de tu vida que sientes que está mal para así mismo poder luego, ayudar a más personas que se sientan señaladas y no se valoren a ellas mismas. Eres más que suficiente, sea cual sea la situación, Dios te ama y tú debes amarte, darte el lugar que mereces en cada aspecto de tu vida y así mismo con tu ejemplo mostrarle a más personas que todo el amor que necesitamos está en Dios y en nosotros mismos.
¿Nunca te has puesto a pensar que las debilidades y errores que señalas en otros pueden ser el reflejo de lo que CREES que está mal en ti? Piensa en lo perfecto/a que eres para Dios, piensa en que él siempre te ve con ojos de amor así estés en pijama, llorando o listo/a para tu mejor ocasión. Dios quiere ver esa conducta en ti, quiere ver como resaltas lo más hermoso de esa niña que siempre criticas, o de ese personaje que siempre te trata de retar y de hacer enojar como sea, porque él los puede ver con ojos de amor, el los ve cómo te ve a ti y te ve perfecto/a ante sus ojos; Dios te ama y no permitiría que nada ni nadie te hiciera daño pero también le duele cuando tratas de opacar a otra persona con palabras que lo van a herir. Mateo 12:34 reflexiona sobre esto y nos deja una frase demasiado conocida que dice “Porque de la abundancia del corazón, habla la boca”. ¿Qué quieres reflejar? ¿Cómo quieres que los demás te vean? ¿Están viendo a Dios en ti? ¿O la oscuridad no nos permite ver más allá?

Cuida tu corazón, aliméntalo del amor de Dios, de personas que te amen, que te cuiden y siempre prefieran tu bienestar, amistades sanas, relaciones sanas, llenas de cosas positivas para que así, tu corazón abunde de amor y puedas darle amor a cada persona que encuentres en tu camino.
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