top of page

¿Cómo perdonar a alguien que no se disculpó?

  • Foto del escritor: Mafe Salgado
    Mafe Salgado
  • 3 jul 2018
  • 3 Min. de lectura

Sí, ella te lastimó, él te mintió, ellos te criticaron y por eso tus inseguridades ahora, ella se ha metido en tu vida para hacértela imposible, pensabas que podías confiar en él hasta el final, antes de que te traicionara. Como estos, he tenido varios sentimientos similares gracias a personas que llegaron a mi vida con diferentes propósitos, incluso diferentes a estos difíciles finales que tuvimos que vivir, pero de algo estoy segura HOY y es que Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y si esta persona y yo no nos relacionamos actualmente es porque tanto para él o ella como para mí, Dios tiene cosas mejores; mejores amigos, relaciones, conocidos, etc. Hay varias cosas que han pasado en mi vida, de las cuales antes prefería no hablar o evadirlas por el daño que me causaron, porque me recuerdan a alguien que me lastimó, porque evadirlas era mejor que traerlas de nuevo a mi vida. Sentía que era abrirle la puerta a sentimientos que por mucho tiempo traté de dejar atrás y ahora, que en este momento de mi vida he podido sanarlas gracias al inmenso amor de Dios, me siento cómoda compartiendo mi experiencia de cómo logré eliminar el rencor que guarde por varios días, meses e incluso años.

Puedo describir a mi yo de hace un año cómo una persona exageradamente temperamental, terca y explosiva, que odiaba perder y creía siempre tener la razón. Debido a esto es por lo que quiero compartir mi historia, porque Él actuó en mí, de una manera que ni yo me esperaba ya que suena casi imposible cambiar una persona así. Por mi vida pasaron varios personajes que me lastimaron y sin fin de ser víctima, también salieron lastimados por mis actitudes gracias a mi terquedad. El orgullo, uno de los actores más dañinos en estas situaciones, te lleva a pensar que la otra persona está actuando mal, que te quiere hacer daño, que siempre está en tu contra, te llena de odio y rencor, te consume el sentimiento de no querer verlo o verla ni en pintura y si te lo/a llegas a topar algún día, inmediatamente buscas una manera de juzgar, buscando defectos que hasta a veces inventas, para sentirte mejor, para buscar consuelo en ellos y subir tu ego basado en críticas. Empiezas a tornarte dañino contigo mismo, empiezas a compararte y a tratar de ver lo peor en una persona que es igual a ti, con defectos pero así mismo con un millón de cualidades que no ves, cegado por el orgullo.

Entiendo lo complejo que puede ser el tratar de sanar una herida que te hizo alguien que no tiene el mínimo interés en acercarse y pedir perdón, ya que muchos necesitamos esto para empezar un proceso personal en el cual podamos sentirnos mejor con nosotros y borrar todo mal sentimiento hacía esta persona, pero ¿Cómo perdonamos a alguien que no se disculpó?.

Durante mucho tiempo guarde rencor hacía estas personas, fingiendo que todo había quedado en el pasado pero yo sabía que no era así, sabía que la herida estaba ahí y a pesar de que trataba de ignorarlo, aún me dolía y no sería sencillo sanar sola. El amor de Dios es inigualable, es un amor que todo lo puede y nos ama tal y como somos. Para sanar tuve primero que entender que estoy llena de errores, miles y miles de errores que pueden dañar a otras personas y aun así Dios me ama, me eligió y tiene un propósito para mí, con todo y errores. Dios nos ve con ojos de amor, nos ama, nos trata con bondad y ternura y es el ejemplo, que como un papá, quiere darnos para ver estas cualidades en nosotros. Entiendo lo difícil que es tratar de ver a la persona que tanto daño te hizo con ojos de amor, entiendo que siempre veas los mil defectos que tiene pero, qué tal si te empiezas a fijar en esa cualidad que tiene y la engrandeces, te llenas de eso para limpiar tú alma y tú corazón del rencor, para por fin sanar esa herida que te lastima con tanta fuerza. “Dios es amor” es una frase que muchos decimos y compartimos en redes, pero es momento de empezar a aplicarla en nuestras vidas, con las personas a nuestro alrededor y por más difícil que sea, con las personas que han pasado por nuestras vidas y han dejado alguna herida. No hay nada imposible para el amor de Dios.


“No juzguen a los demás, y no serán juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra. Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados.” (Lucas 6:37)





 
 
 

Comments


Un pedacito de cielo para ti, en tu movil.

bottom of page