Sólo necesito un like

Cuando recién quería empezar este proyecto me sentía demasiado animada porque Dios se ha convertido en una de mis mayores pasiones, pero, también tuve miedo, de que dirían de mí, de si en verdad leerían a alguien de 21 años escribiendo sobre Dios, de qué pensarían todas las personas que me seguían por mis fotos o el contenido que subía a mis redes, qué pensarían mis amigos que no creen en Dios, mi familia y hasta la persona con la que tenía una relación. Todas estas preguntas llegaban a mi cabeza y me desanimaban un montón porque realmente era algo que Dios había puesto en mi corazón, pero el miedo que el enemigo ponía en mí no me dejaba iniciar. Nunca he sido una persona que se muere por el que dirán porque a pesar de no ser perfecta siempre he tenido confianza en cuanto a lo que soy, pero creo que el hecho de enfrentarme a las redes sociales (que era el lugar en donde debía compartir el link de mi blog) me mostró que si tenía MUY presente la opinión de los demás sobre mi vida. Creo que esto hacen las redes sociales constantemente en nuestras vidas y es normal leer blogs y artículos señalándolas por ser las culpables de todos los estereotipos que se han implantado últimamente, pero nunca hacemos nada por cambiar esto.

Formamos parte de un círculo vicioso en el que la persona con más likes es más linda que la otra, queremos tomar fotos en distintos lugares no por satisfacción nuestra, si no para que todos nuestros seguidores vean nuestra perfecta vida, llena de viajes, dinero, lujos y fiestas en las que nos llena cuantos comentarios y likes tengamos. Estamos constantemente en una carrera por mostrar quien hace más, quien tiene más, quien es más feliz, detrás de una pantalla. Dios en su palabra nos habla sobre esto en Filipenses 2:3 que dice “No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo.” A veces la solución a esto dada por muchos es “no publiques tu vida en las redes”, “a esto te tienes que acostumbrar si te gusta mostrar tu cuerpo o tu vida” pero esta realmente no es la solución a un problema que nosotros mismos podemos arreglar. Últimamente Dios me ha hablado sobre el uso inteligente de una red social y he tratado de hacer cosas que a él le agraden y cada vez que quiero pensar algo feo sobre alguien o criticar (porque todos amamos criticar) pienso en qué haría Jesús con su Instagram o Twitter, creas o no en él, Jesús siempre dio amor a los que lo amaban y a los que no, a los que creían en él y a los que no. ¿Jesús tendría estas redes para destruir a otras personas con pensamientos y comentarios innecesarios? No creo en verdad. Si no edificas mejor no aportes, si no quieres apoyar a alguien mejor no lo sigas, no seas esa persona que llena la vida de otros de envidia. Creo que está bien querer compartir con nuestros amigos cercanos, logros o viajes que tengamos pero también está bien alegrarnos por lo que los demás quieran compartir con nosotros, no importa con que intención lo compartan ellos, alegrémonos porque nuestros amigos están viajando, están estudiando o están felices en sus relaciones. Alegrarse por los logros de los demás es la decisión más sana para el corazón de cualquier persona, alegrarse por los demás trae paz y te hace disfrutar cada momento de la vida que Dios te da día a día. En cuanto a las redes, manéjalas con inteligencia y respeto, comparte cada momento de tu vida con felicidad y AMOR, no con orgullo.

“El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.” 1 Juan 4:8

En cuanto a mí y al blog, mi paz llego cuando entendí que esto y todo lo que hago en mi vida lo hago para agradar a Dios, para que él sonría cuando publico una entrada y para poder estar cerquita a su corazón. No voy a negar que personas que eran mis amigos me hicieron comentarios “molestando” pero yo sabía y sentía que ya se estaban tornando a burla. No voy a negar que esto no me desanimó y llegue a pensar en dejar de hacerlo por no tener un montón de visitas o porque había gente hablando mal. No voy a negar que me llegaron comentarios de personas cercanas a mí, haciendo chistes y burlas sobre la manera en la que expreso mi amor por Dios y todo lo que comparto a diario. Pero ÉL fue el único que logro callar esas voces y convertirlas en susurros hasta desaparecerlas de mi cabeza y en vez de eso, me llenó de cumplidos y palabras hermosas que solo Dios tiene para mí en la oración y en su palabra. Me da paz saber que sólo debo agradarle a él. Dios es el único que me ha dado paz en mi tormenta, es quien ha estado para mí en mis peores momentos, ha visto mis peores versiones y sigue aquí junto a mí y creo que es el único que tiene derecho a evaluar lo que publico o lo que hago en mi vida. Vivo por él y para él y también hago todo para agradarle a él, agradezco cada comentario y felicitación pero al final del día lo único que quiero es que Dios se sienta orgulloso de mi, de que estoy compartiendo su palabra con personas que no conocen de él y ese es mi propósito con este blog, que logres enamorarte de él como yo lo sigo haciendo día a día.

“Dios les dio nueva vida, pues los resucitó juntamente con Cristo. Por eso, dediquen toda su vida a hacer lo que a Dios le agrada. Piensen en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No piensen en las cosas de este mundo.” Colosenses 3:2

Las redes nos hacen anhelar cosas que no son reales y esto no es un secreto para nadie, pero cuando entiendes que lo que Dios tiene para ti fuera de una pantalla es más grande que lo que esta te puede ofrecer, ahí es cuando empiezas a cambiar tú forma de ver y usar las redes sociales. Sube esa foto que tienes guardada hace días y te da miedo subirla por el que dirán, comparte lo que haces, sube tu música y compártela con todo el mundo, muéstrales a todos tu mejor versión sin importar lo que opinen. Yo aprendí que sólo necesito un like en mi vida y es el de Dios.

“¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo” Gálatas 1:10